El Año Nuevo judío
Existe muy poca semejanza entre Rosh Hashaná, uno de los días más sagrados del año y las celebraciones tradicionales de Año Nuevo que tienen lugar del 31 de diciembre al 1 de enero en diversas partes del mundo.
Aún así, ambas celebraciones de Año Nuevo son consideradas como momentos apropiados para la toma de resoluciones.
El Año Nuevo judío invita:
- A la meditación.
- A la evaluación de los errores cometidos en el pasado.
- A la planificación de mejoras para el futuro.
- Los servicios religiosos para esta festividad se enfocan en el concepto de la soberanía de Dios.
La Biblia se refiere a esta fiesta como Iom Ha-Zikarón (día de memorial) o Iom Teruá (día de sonar el shofar o cuerno de carnero). Esta fiesta se instituye en Levíticos 23:24-25.
Las costumbres en esta fiesta son:
- No se permite realizar trabajo alguno en Rosh Hashaná.
- La mayor parte del día se pasa en la sinagoga.
- Practican el Tashlij o “arrojar.” Al anochecer del primer día, las familias caminan hasta alguna corriente de agua, por ejemplo un río vecino, y vacían allí sus bolsillos, desechando simbólicamente los pecados cometidos. Aunque no es mencionada en la Biblia, ésta es una costumbre que se ha mantenido durante mucho tiempo.
- El saludo más común en esta época es L’shaná tová (“para un buen año”).